Escucha la música de fondo recomendada aquí
Pollito mio,
has sacado lo mejor de nosotros
has sacado lo mejor de mi
me emociono hasta las lagrimas
en mi fría oficina
de lo feliz que soy
de lo felices que somos
los 3
Me emociono de todo lo que me has hecho comprender
de la vida
de los sueños
del esfuerzo
de la perseverancia
de la fragilidad y la fortaleza
Me emociono hasta las lagrimas
de tus manitos bellas
de tus ojos en el momento que descubren algo nuevo
de tus pasos cada vez mas firmes
de la sonrisa que me recibe cada día al llegar a casa
Pollito mio
no puedo creer que tanta felicidad es posible
mi vida actual no se parece en nada a lo que siempre soñé
simplemente la realidad supera a la ficción
mi vida actual es mucho mejor de lo que siempre soñé
miércoles, 23 de diciembre de 2015
lunes, 23 de noviembre de 2015
El mundo para mi hijo o mi hijo para el mundo?
Gracias a que vivimos en un mundo globalizado, tenemos mucha, pero mucha información a disposición, la cual nos permite aprender de diferentes temas y comprender que existen muchas más realidades de las que podríamos imaginar.
Esto sueña maravilloso, hasta que nos enteramos que la última noticia en desarrollo tiene que ver con rehenes, masacres, guerras, guerrillas, etc. Todo lo que tenga que ver con realidades tan terribles que generalmente están invisibilizadas, escondidas, realidades que nos descolocan como humanidad.
En esos momentos me pregunto, a que mundo he traído a mi hijo? Por supuesto estoy segura que no soy la única que se hace esta pregunta, incluso muchos se han hecho esta pregunta antes de concebir, lo que les ha llevado a la decisión de no tener hijos o atreverse y transformar la mapaternidad en un acto de profunda rebeldía.
Yo prefiero pensar en que quiero regalarle al mundo el mejor hijo que puedo criar, por eso, y por supuesto porque es su derecho, mis desvelos se enmarcan en cómo ordenar nuestras vidas en función de que reciba la mayor cantidad de amor y respeto que podamos entregarle, para que sus cimientos amorosos sean la seguridad de sus valores, emociones y decisiones. Es muy difícil que alguien pueda amar sin saber lo que es ser amado incondicionalmente, por eso él está en brazos cada vez que quiere y nunca condiciono mi afecto a su comportamiento, nunca utilizo estrategias del tipo, si no te portas bien no te voy a querer más, si no dejas de llorar no hay upa (brazos) o obligarlo a mostrar afecto de alguna forma que no le acomode, el pide upa a quien él quiere, nunca no fuerzo a que se deje tocar por alguien que él no quiere y tampoco come una cucharada más por la mama, ni la abuelita, ni el viejito pascuero, el come porque su cuerpo le dice si necesita comer otra cucharada más o no. Esto último nos lleva al segundo vértice que comanda nuestra crianza, el respeto, es muy difícil que alguien entienda el concepto de respeto si primero no ha sido respetado, por eso mis días van a su ritmo, y a partir de esto vamos adaptándolo a el lentamente al ritmo de vida que tenemos como sociedad, es por eso que trato de tomarme con la mayor tranquilidad posible y restarle gravedad a situaciones como llegar tarde a una cita, desvelarme porque me ha pedido el pecho a las 2 am y quedé en una posición muy incomoda, demorarme 1 hora en darle su cena en vez de 10 minutos, quedar de pesada frente a personas que conozco y que no conozco por hacer valer sus tiempos y ritmos, hacer entretenidas tareas tan aburridas como cambiarle el pañal y por sobretodo no apurar su desarrollo, por lo que somos fans de María Montessori y Emi Pickler, el comanda con su ritmo nuestros días, el es bebé y niño solo una vez en su vida y este es su momento.
Creo profundamente que el amor y respecto que le demostramos a nuestros hijos tiene un efecto acumulativo, por lo que entre antes comencemos y más lo practiquemos es mejor!!!
Finalmente no quiero dejar fuera que todo lo que podamos avanzar en nuestro crecimiento personal, es un regalo que le damos a nuestros hijos y en consecuencia un regalo al mundo a través de ellos. No podemos olvidar que ellos aprenden con el ejemplo que les damos, desde lavarnos los dientes por la noche hasta hablar mal a espaldas de las personas y por esto puedo declarar que la mapaternidad consciente puede ser el mayor desafío de desenvolvimiento personal y espiritual, ya que todo lo que tengamos pendiente de mejorar como personas, debemos resolverlo y aplicarlo con rapidez, pues como nuestros hijos están expuestos a ello de forma intensiva, vuelve a resonar con mucha energía la idea de que mientras antes lo aplico es mejor.
Es por esto que nuestras vidas están en "pausa", criando, informándonos, aprendiendo y evolucionando rápidamente, para entregarle cada día lo mejor de nosotros, para que mi hijo sea el mejor regalo que puedo dejarle al mundo.
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Es por esto que nuestras vidas están en "pausa", criando, informándonos, aprendiendo y evolucionando rápidamente, para entregarle cada día lo mejor de nosotros, para que mi hijo sea el mejor regalo que puedo dejarle al mundo.
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martes, 17 de noviembre de 2015
Postre sensorial
Hoy vi el menú de mi valiente y lo encontré aburrido y repetido, por lo que inventé un postre de maicena sin azúcar ni leche, se los comparto ya que fue todo un éxito.
Ingredientes
Media manzana (u otra fruta)
1 taza de agua filtrada
2 cucharaditas de leche de arroz (yo uso la marca terrarium)
2 cucharadas razas de maicena
Se muele la manzana con el agua logrando un jugo de fruta, se añade la leche de arroz y la maicena revolviendo, una vez que no queden grumos se lleva al fuego siempre siempre revolviendo, cuando la mezcla se vuelve espesa está lista la cocción. Se vuelca en un molde y deja enfriar.
El postre no es un manjar para el paladar adulto acostumbrado al azúcar pero en nuestro caso fué un exitazo. No puedo dejar de mencionar que una vez que se aburrió de comer, se transformó en un excelente juego sensorial.
Que lo disfruten!!!
jueves, 12 de noviembre de 2015
miércoles, 4 de noviembre de 2015
Por el derecho a equivocarse
Hace algún tiempo una muy buena amiga, madre de un caminante
y educadora de párvulos, me comentaba que los niños primero aprenden a destruir
para luego construir. Y no fue hasta hace un par de minutos que recordé que
durante mis años de estudio de arquitectura, en los momentos en que, por error
y debido a mi inexperiencia con los materiales a escala 1:1, destruyendo fue cuando
más aprendí de cómo se construye y lleva a la realidad un proyecto.
Recuerdo cuando ingenuamente, junto a 2 compañeros de
escuela, quisimos desmontar en la Ciudad Abierta cursando Taller de Obra en la
PUCV, un pilar de madera de 6 metros de altura y 50 x 50 cm de base de la
Hospedería Colgante o del taller de obras, con una cuerda atada en su
extremo más alto y nosotros 3 desde el suelo sosteniéndola y bajándolo poco a
poco. Afortunadamente la cuerda se cortó y el pilar cayó abruptamente partiéndose
por la mitad sin dañar a nadie. El momento en que le contamos a nuestro
profesor lo que había pasado, la
expresión de su rostro se transformó sin saber que decir ante tal acto de
irresponsabilidad y peligrosidad, lo que en su minuto pensé que era enojo por
haber roto el pilar, quedó de manifiesto cuando se mantuvo supervisando de
cerca nuestras ideas de como materializar esta labor, eramos unos simples
alumnos, experimentando en el peligroso mundo real.
Recuerdo también mi visita a la Iglesia de Dalcahue, la cual
tiene, o tenía hasta ese momento, la sacristía desnuda, sin el revestimiento
interior de sus muros, por lo que se podía apreciar la fineza de los detalles
constructivos chilotes, como se sostienen los grandes volúmenes evocando las
formas europeas, que responden a la piedra y a la fuerza de gravedad, con la
madera, cuya ley responde a una lógica constructiva absolutamente diferente, en
ese momento entendí la magia de las Iglesias chilotas y que su condición de
patrimonio, por si alguien tenía alguna duda, no es ningún regalo.
Si es así como aprendemos de adultos, me parece lógico
pensar que es de esa forma como aprendemos desde que somos de talla pequeña,
por lo que me parece lógico también que los bebes y niños tengan derecho a equivocarse, a romper un vaso
de vidrio, a botar agua sobre el piso, a mojarse las mangas cuando se lavan las
manos, a mancharse la ropa con tempera o barro y es por supuesto nuestro deber
el proporcionarles el espacio para hacerlo.
No es difícil guardar por algún tiempo ese jarrón de la
milenaria cultura china expuesto en el living, o ese plato de Penco que te
recuerda a la abuelita para cuidar algún objeto que tenga un valor especial y
darles la libertad de conocer y reconocer como mover su cuerpo, como funciona
la fuerza de gravedad, que cada material suena diferente y tiene también una
fragilidad, dureza o plasticidad propia, que hay elementos sólidos, líquidos y gaseosos.
Quiero aclarar que con esto no me refiero a criar niños sin
límites, que rompan todo lo que se les cruza por delante, me parece fundamental
relevar el respeto y cuidado por todos los seres vivos y las cosas, tengan el
valor que tengan, sean propias o ajenas, pero en la práctica aprender que el
vidrio es frágil solo se aprende al romperlo, que el agua escurre solo se
aprende cuando se ha derramado y la extensión de mi cuerpo la aprendo cabiendo
en una caja, bajo la mesa, estirándome para alcanzar cosas y también chocando
con ellas.
Y finalmente de alguna parte viene el dicho “echando a
perder se aprende”
Mi niño ríe en sueños
Un niño que ríe en sueños,
Que recorridos iras gateando
Que animales estarás acariciando
Cuantos arboles estarás contemplando
Un desliz de emociones
Mientras inspiras dormido
En mi regazo
Que mas protegido?
Tu manita busca la mía
Estarás todavía soñando?
O será que mi asombro te ha despertado y te aseguras de seguir arrullado a mi lado
Junto al aliento tibio de nuestra mutua ternura
Se alimentan tus días de mi leche, como alimenta la savia de un árbol a su fruto que madura
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